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Recomendación literaria: «Tres sombreros de copa»
Lo más frecuente, eficaz y peligroso para la literatura humorística es basarse en las referencias a la actualidad y en los juegos del lenguaje, que son dos realidades transitorias. Por eso será que, por ejemplo, las tragedias de Shakespeare perviven mejor que sus comedias, a las que tanto hay que revitalizar extraverbalmente.
La comedia que recomiendo aquí se conserva bien fresca. Buona lettura.
Un caníbal en casa
Han estado rodando hasta hace unos meses en Granada la película Caníbal, filme que promete ser terrorífico a juzgar por lo que leo (en esto de aterrorizar, aunque hoy día a golpe de películas, los españoles no lo hacíamos tan bien por lo menos desde el siglo XVI).
Un país pequeño
Mi antigua condiscípula MJ, de soltera MK, vive en un pequeño país del norte de Europa, distinto al que la vio nacer. Un país que convirtió en su patria al casarse con uno de sus habitantes (KJ) y con él haber formado su familia (mj, con minúsculas para diferenciarla de MJ).
Me escribe cómo, tras larga espera y esfuerzos, ha conseguido trabajo finalmente. Sigue leyendo
San Jorge según Cunqueiro
Llega San Jorge, o sea Sant Jordi, con dos días de retraso para salvar al Barza (adopto la ortografía habitual en la prensa peruana, muy coherente con el destierro al que hace siglos sometió el castellano a la çedilla), y se trae por las hojas el aniversario del fallecimiento de nuestro padre Cervantes, a quien los pedantes llaman Cervantes Saavedra como si hubiera otro con el que pudiera confundirse, y de nuestro hermano el Inca Garcilaso. También tocan el Día del Idioma, el inmenso Shakespeare, el día del Libro, el premio que le cae como un guante a Nicanor Parra… Celebro la fiesta con esta versión, cómica y poética, del caballero celestial y de una bestia enamoradiza y legalista, obra del fantástico Álvaro Cunqueiro a quien debo y prometo un homenaje porque el año pasado dejé pasar sin él su centenario: Sigue leyendo
John y Jhon
John es un nombre típicamente inglés, o anglófono. Para peruanizarlo, basta con cambiar la hache de sitio y escribir Jhon. A qué se debe esto, no lo sé. Sospecho que, inconscientemente, se acerca la letra insonora a la jota como un indicador de que esta no se pronuncia de manera normal, sino como una ye (perdonen los españoles, pero aquí todos dicen ye como los académicos). O sea, que le estarían aplicando, muy creativamente, la norma que justifica la grafía “ch”.
Yo no tengo valor para decirle a un estudiante que, con arreglo a su origen, el nombre que lleva debería escribirlo diferente a como se lo pusieron sus padres. Pero a cada uno lo suyo: quienes me escriben “sir Jhon Falstaff” son penalizados. El caballero shakespeariano, que tan simpático solía caer a mis alumnos por ser borracho, cobarde, mujeriego, ladrón, embustero y, encima, gordo… es inglés, y no peruano. Qué consuelo.